“X ANIVERSARIO” ASOCIACIÓN DE VECINOS “JERÓNIMA ZAPORTA”
“XXXIII ANIVERSARIO “ASOCIACIÓN DE VECINOS DE LA CARTUJA BAJA”
II. LA CARTUJA EN 1974
III. NACIMIENTO DE LA ASOCIACIÓN DE VECINOS
IV. ASOCIACIÓN DE VECINOS JERÓNIMA ZAPORTA
V. TRANSFORMACIÓN DEL BARRIO DE LA CARTUJA
Agua y saneamiento
Autobús
Teléfono
Urbanismo
Medio Ambiente
Carretera 232, actualmente A68
Sanidad
Enseñanza
Cultura
Participación y Autonomía
Ampliación del Cementerio
I. EL MOVIMIENTO CIUDADANO Y LAS ASOCIACIONES DE VECINOS
En los años 70 surgen en España el conocido como Movimiento Ciudadano que no es otra cosa que la organización de los vecinos, primero y principalmente de las grandes ciudades, para conseguir mejoras en las condiciones de vida de los barrios. Desde sus comienzos fueron una mezcla, cada caso en proporciones diferentes, de elementos reivindicativos, culturales, prestadores de servicios demandados, culturales, políticos, etc., etc.
En un régimen político sin libertades de asociación y reunión fue preciso encontrar cobertura “legal” a estos movimientos ciudadanos que se organizaron al amparo de la Ley de Asociaciones de 1964 o de la regulación específica del Movimiento Nacional. Así surgieron Asociaciones de Cabezas de Familia dentro de la organización del Movimiento y Asociaciones de Vecinos o Asociaciones de Barrio al amparo de la Ley de diciembre de 1964. En todo caso estaban muy vigiladas y controladas, había que pedir permiso para cualquier acto o reunión enviando, por ejemplo, la letra de las canciones que se iban a interpretar en los recitales.
Pero hay que entender también la tolerancia con el nuevo movimiento ciudadano en el marco de corrientes aperturistas del propio Régimen que intentaron en todo momento integrarlas “dentro” para que no cayesen en manos de los enemigos de “fuera”.
En este marco de nacimiento del movimiento ciudadano en España y en Zaragoza hay que entender el nacimiento de lo que fue primero un movimiento más o menos difuso que cuajó después en la Asociación de Vecinos como organización permanente, en La Cartuja. “Razones” no faltaban para organizarse y pelear por mejores condiciones de vida como vamos a ver.
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Para comprender la evolución que ha tenido el Barrio de la Cartuja Baja en estos 33 años, es preciso dar una serie de pinceladas acerca de la situación en que se encontraba el Barrio en 1974.
Lo primero que es preciso señalar, aunque sea obvio, es que en 1.974 la dictadura ejercía en toda su plenitud. Es más, se defendía con uñas y dientes de cualquier intento de modificar la situación.
Ello significaba que las actividades culturales o reivindicativas, es decir cualquier movilización social que no se planteara desde las estructuras del Régimen, era vista por lo menos con sospecha y con recelo, cuando no era perseguida. Cualquier reunión, por pequeña que fuese, exigía autorización del Gobierno Civil.
A partir de un Club que existía en la Parroquia, “de carácter cultural, artístico y recreativo”, un grupo de jóvenes comenzó en 1972 a organizar actividades culturales que se apartaban del status y comenzaban a ser críticas, utilizando los locales de la antigua escuela de niños. Estas actividades resultaron molestas dentro de la Parroquia y para las autoridades.
El Alcalde del Barrio era lógicamente nombrado por las autoridades y llevaba en el puesto más de 25 años. En un gesto de aperturismo, en 1.973, el Ayuntamiento ofreció la Alcaldía del Barrio a ese grupo de jóvenes que se movía en él, para sustituir al Alcalde.
Los jóvenes aceptaron la Alcaldía del Barrio y en Septiembre de 1.973 fue nombrado por el Alcalde de Zaragoza, Mariano Horno, como Alcalde del Barrio José Luis Martínez, que entonces contaba con 23 años y que se convirtió en el Alcalde más joven de España según reflejó en ese momento la prensa.
Desde la Alcaldía de Barrio comenzó de inmediato la organización de Comisiones que atendieron los problemas de la Agricultura, la Sanidad, la Cultura, etc.
El funcionamiento de estas Comisiones en el último trimestre de 1.973 hizo patente que, para su mayor eficacia, era necesario dotarlas de legalidad jurídica independiente de la Alcaldía, excesivamente sujeta a autorizaciones de la “superioridad”. Esta es la razón por la que en Enero de 1.974, se celebró la asamblea constituyente de la Asociación de Vecinos del Barrio de la Cartuja Baja.
En 1.974, se acababa de inaugurar hacía muy pocos años el Colegio Angel Escoriaza y la matrícula era entonces de 87 alumnos y los habitantes del Barrio eran de 862 mayoritariamente dedicados a la agricultura y al trabajo en las industrias que, junto a la Carretera de Castellón se habían instalado durante la vigencia del “Polo de desarrollo” de Zaragoza. La principal industria era Insider, dedicada a la transformación primaria del hierro.
En 1.974 el problema principal del Barrio era su infraestructura, es decir la carencia de cualquier servicio mínimo. Aunque había una red de aguas que la distribuía por algunas casas, el punto de toma principal seguía siendo la fuente de la plaza; pero lo más importante es que el agua se tomaba directamente por la conducción desde el Canal Imperial. Entonces, como ahora, el agua del Canal Imperial no era potable e, incluso, el discurrir por el Barrio de la Paz le añadía los desagües de varias granjas y establos que existían y los vertidos de toda la zona de chabolas de la gravera de La Paz.
En las compuertas de Valdegurriana era habitual comprobar la existencia de animales muertos y restos de la más variada especie.
No existe red de vertido por las calles, aunque ya se había construido el colector que desde Insider atravesaba el Barrio por el Paseo de los Plátanos hasta el río Ebro. Si no existe agua ni vertido mucho menos pavimentación. Ninguna de las calles, salvo la plaza, tenía pavimento ni aceras.
El alumbrado público era muy deficiente mediante algunas, pocas, palomillas.
Solo existía un teléfono público en una casa particular, lo que significaba que el horario era muy limitado.
La asistencia sanitaria estaba prestada por un médico que no residía en el Barrio y por un A.T.S. que sí que residía y eran sostenidos por “igualas” de los vecinos.
El servicio de transporte público se realizaba a través de R.E.N.F.E., cuya estación se utilizaba por los vecinos y de una línea de autobuses de la Empresa “Marrón”, Zaragoza-El Burgo y viceversa, que hacía tres servicios, por la mañana, a mediodía y por la tarde, teniendo parada en la Carretera y la “estación de viajeros” se encontraba en la calle de la Reconquista de Zaragoza.
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El recelo de algunos vecinos hacia la Asociación comenzó desde el principio. Se había apoderado de ellos la “lógica” del Régimen de que cualquier petición de mejora, salario pavimentación o lucha contra las constantes alzas de precios, era “meterse en política” y por ello perseguido, puesto que significaba un enfrentamiento con el poder.
Por ello no es de extrañar ni los recelos y miedos de una parte de los vecinos, como que la propia dinámica de la Asociación fuera también tomando conciencia de que para poder luchar por el Barrio, era necesario luchar por las libertades públicas, para poderse reunir y manifestar.
La primera Junta Directiva –Junta Coordinadora- en la denominación de los estatutos de la Asociación, estaba presidida por otro de los jóvenes del grupo que había salido del F.O.C.A.R., José Ignacio Bonafonte Zaragozano, y existían comisiones de trabajo de Agricultura, Urbanismo, Sanidad, Enseñanza, Cultura, Festejos, Jóvenes y Servicios.
Cada una de estas comisiones estaba coordinada por dos miembros de la Junta y en el primer momento eran 50 los vecinos que formaban parte de las comisiones de manera permanente.
La actividad inicial de la Asociación no estuvo exenta de problemas internos. De hecho, en el otoño de 1975, se produjo una grave crisis al plantear en la Asamblea un grupo de socios que se disolviese la Asociación y se retornase a la actividad cultural y recreativa del F.O.C.A.R. Club.
Esta primera crisis se saldó con la salida de la Asociación de una parte de los socios y con la reorganización interna del funcionamiento de la propia Asociación.
En 1.976 se produjo una nueva crisis en la Asociación, por el distanciamiento entre esta y la Alcaldía del Barrio, que llegó a momentos de enfrentamiento.
El Alcalde del Barrio en 1.976 era Manuel Serrano Bonafonte, que había accedido al cargo por votación de los vecinos.
Esta es la primera victoria de la recién nacida Asociación de Vecinos: Consiguió en 1.976, es decir todavía en la dictadura, que al dimitir como alcalde José Luis Martínez, los vecinos pudieran votar y elegir a su alcalde de Barrio. Los vecinos eligieron como alcalde del Barrio a Manuel Serrano Bonafonte, que ocupaba entonces el cargo de Presidente de la Asociación de Vecinos.
En el año 1.977, la Asociación de Vecinos participó en la Fundación de la Federación de Asociaciones de Barrio de Zaragoza y en la Comisión de Control del Ayuntamiento de Zaragoza, que se creó a raíz de las primeras elecciones democráticas del mes de Junio.
1.978 es el año de las actividades culturales y festivas organizadas desde la Asociación:
Se celebraron Fiestas de Primavera, con vaquillas incluidas, y Fiestas del Pilar. Se organizó la biblioteca y unas nuevas jornadas culturales.
La organización de actividades culturales había sido en todo caso una seña de identidad de la Asociación desde su nacimiento.
En la primavera de los años 74, 75, 76 y 77 , se celebraron Semanas Culturales, de cuya importancia podemos darnos cuenta, si recordamos algunas de las actividades realizadas en el Barrio:
– Grupo de Teatro “Tántalo”
– Teatro de “La Ribera”
– Recitales de “La Bullonera”, “Valentín Mairal”, “Joaquín Carbonell”, “Labordeta”, “Víctor Manuel”, “Orquesta Ciudad de Zaragoza” y “Polifónica Miguel Fleta”.
La organización de conferencias y charlas en estos primeros años fue muy importante:
Se atendía todo tipo de problemáticas, desde la “guerra del maíz” hasta la inflación y la espiral de crecimiento de los precios o la necesidad de consolidar un movimiento sindical.
En el ánimo de buscar un crecimiento de nivel cultural del Barrio, la Asociación creó en 1.976 un servicio de lectura de revistas a domicilio y, como ya se ha dicho, en 1.977 organizó una biblioteca cuyos fondos fueron depositados varios años después en la actual biblioteca municipal.
La Asociación de Vecinos desde su nacimiento no estuvo encerrada exclusivamente en los problemas del Barrio. Ya se ha dicho que desde el primer momento, conectó con las reivindicaciones sociales y políticas del país, reclamando las libertades, unos Ayuntamientos democráticos y una organización vecinal potente, que agrupara a todas las asociaciones de Zaragoza:
Desde la Asociación de Vecinos se luchaba por la discriminación de los Barrios rurales de Zaragoza. Se participó en las guerras del maíz y se colaboró en las luchas sindicales, que comenzaban a producirse en las empresas del Barrio.
En 1.979 se produjo una crisis en la Asociación, consecuencia de la propia dinámica que se había desarrollado de resaltar cada vez más los aspectos políticos. Recordemos que en 1.979 se celebraron las primeras elecciones democráticas municipales y el posicionamiento claro de la Asociación a favor de las fuerzas más progresistas, conllevaba, una vez celebradas las elecciones con la victoria de la izquierda, un nuevo replanteamiento de su actividad. En las primeras elecciones había resultado elegido concejal de Zaragoza, el Presidente de la Asociación de Vecinos de la Cartuja.
A partir de esa fecha la Asociación, en cierto modo, cambió de orientación y comenzó a dar mayor importancia a las cuestiones de organización y gestión de nuevos servicios en el Barrio:
La Asociación participó en la creación y organización de la Casa de Cultura, la Asociación de Padres, los locales de la Alcaldía, el Hogar del Jubilado, la Guardería, el Centro Deportivo, etc.
Este predominio de la actividad de gestión sobre la actividad reivindicativa, provocó un paulatino alejamiento de la participación de los socios y un fortalecimiento de la importancia de la Junta directiva a lo largo de los años 80.
Desde mayo de 1.985 hasta junio de 1.988, no se celebró Asamblea para la renovación de la Junta y aprobación de cuentas. A partir de junio del 88 la nueva Junta reactivó los mecanismos de información y participación, con la reanudación del Boletín y la celebración de asambleas.
Se trataba de encontrar la función específica de la Asociación de Vecinos en un contexto político nuevo, donde el Ayuntamiento había apoyado la elección democrática del Alcalde del Barrio y, por tanto, este comenzaba a aparecer como representativo de los vecinos.
La Alcaldía, Alcalde y Junta vecinal, comenzaba a ocuparse de la solución de los problemas del Barrio. Las dudas y crisis de identidad de la Asociación no impidieron, sin embargo, su funcionamiento aunque con altibajos.
La Presidencia de la Asociación de Vecinos en la década de los 80 fue ocupada por José Francisco González , Ramón Puyo y Miguel Angel Tello.
El cambio de década estuvo caracterizado por las convulsiones producidas por la construcción de la macrodepuradora de Zaragoza en la Cartuja. La Asociación se posicionó claramente en contra de la construcción en el lugar señalado y un sector de vecinos la apoyaba, por el impulso laboral y económico que pudiera suponer para el Barrio.
Para el 2 de Julio de 1.991 fue convocada la Asamblea anual de socios, con el objeto de renovar su Junta directiva. La crisis latente hizo explosión y no fue posible nombrar una Junta directiva en la Asamblea, lo que podía significar la desaparición de la Asociación.
Varias semanas después de esta Asamblea sin dirección, un grupo de vecinos se reunió y tomó el acuerdo de convertirse en Junta directiva, con el fin principalmente de mantener la gestión de guardería. Esta Junta estaba presidida por Aurelio Azcona.
El cambio de actitud, primero hacia la depuradora y después hacia la instalación del vertedero de residuos industriales previsto por Omicrom, hizo variar substancialmente el funcionamiento de la Asociación. También había cambiado la organización general del Barrio, pues el Alcalde ya no era elegido por los vecinos, sino impuesto por la Alcaldía de Zaragoza.
Todo esto produjo un paulatino distanciamiento de los sectores más progresistas que habían estado en el origen de la Asociación de Vecinos y que concluyó con la reorganización de una nueva Asociación de Vecinos con el nombre de “Jerónima Zaporta” en 1.996.
La situación en la actualidad es, por tanto, la de una nueva Asociación de Vecinos que ha tomado el testigo de la fundada en 1.974 que formalmente no se ha disuelto.
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El nacimiento de la Asociación Jerónima Zaporta coincide con dos hechos. A finales de 1994 se sometió a información pública el Avance del Plan Especial del Conjunto Histórico-artístico que evidenció de nuevo la necesidad de contar con una voz organizada y fuerte para participar en el debate del Plan. Y en 1995, tras las elecciones municipales, de nuevo los vecinos participan en la elección del Alcalde de Barrio tras el paréntesis de dos legislaturas, y el nuevo Alcalde Félix Moreno abre posibilidades de intervención y apoyo.
La nueva Asociación, con unos 170 socios cotizantes, ha recuperado y ampliado la organización vecinal. Ha combinado la gestión de servicios con la reivindicación: autobús, vertederos, antenas telefonía, sanidad, etc.
Mediante Convenios con el Ayuntamiento ha puesto en marcha y gestionado una Casa de Juventud y una Ludoteca Esta gestión de servicios explica el volumen de sus presupuestos. Así, en 2000, el gasto destinado a Casa de Juventud ascendió a cuatro millones de pesetas y el destinado a Ludoteca dos millones y medio.
Hasta la fecha ha tenido tres presidentes y no le han faltado problemas internos de funcionamiento porque los socios no dan el paso de colaborar asumiendo cargos en la Junta directiva. El 30 de junio de 2003 se convocó una Asamblea para acordar la disolución que no fue aceptada por los socios reunidos.
La Asociación Jerónima Zaporta forma parte también de la Federación de Barrios de Zaragoza.
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La primera actividad y más importante de la Asociación de Vecinos en su nacimiento en 1.974, fue el conseguir agua potable.
Se recogieron cientos de firmas, reclamando al Ministerio de Gobernación, Ministerio competente en materia de Sanidad , al Ayuntamiento de Zaragoza e incluso al Rey. Se hicieron análisis que demostraban la no potabilidad del agua que se bebía y se hicieron campañas de prensa, con pegatinas denunciando la situación.
La presión ejercida por los vecinos llegó hasta el boicot al pago de los recibos que por ese suministro tan deficiente giraba el Ayuntamiento.
Se consiguió crear, primero entre los vecinos y después en la opinión pública y en la administración, la conciencia de que era necesario resolver ese problema que convertía a la Cartuja en un Barrio más propio del tercer mundo y que impedía su desarrollo, por cuanto era impensable que en tanto no se resolviese el problema del agua, se pudiesen construir nuevas viviendas.
En los primeros meses de 1.975 se iniciaron sondeos en el subsuelo, con la intención de encontrar agua de buena calidad. Los sondeos no dieron el resultado apetecido ya que, aunque la cantidad estaba asegurada, la calidad era muy deficitaria, porque la dureza de la misma impedía su consumo.
En 1.977 se construyó una tubería directa desde los depósitos de Pignatelli con carácter provisional, por cuanto que esta tubería que discurre por la carretera del canal, pretendía tan solo el suministro a los vecinos del núcleo urbano, pero no podía resolver el problema general de la Cartuja ni de sus industrias. Provisionalidad que ha durado 20 años hasta la construcción de la tubería por la carretera de Castellón, que necesita ahora los ramales de distribución a los diferentes polígonos industriales.
Una vez construida la red de agua potable, fue posible concluir el saneamiento y pavimentar las calles.
En este momento la tubería de la carretera, que tanto costó conseguir su construcción a pesar de estar prevista años y años en los planes y presupuestos, garantiza el suministro actual y de las necesidades futuras.
El Ayuntamiento decidió a comienzos de los 90 sustituir la red de depuradoras prevista en el Plan General por una macrodepuradora en La Cartuja lo que provocó la oposición de la Asociación tanto por el modelo de macrodepuradora como por el emplazamiento. El tema dividió al Barrio y aunque no se consiguió que la depuradora se desplazase alejándola del casco urbano la presión vecinal hizo que se modificase el proyecto de forma sustancial: se diseñó un modelo cubierto y cerrado que elevó el presupuesto de catorce a veinte mil millones de pesetas. La construcción de la depuradora de Zaragoza en La Cartuja ha conllevado que se construyan grandes colectores que traen todas las aguas residuales, incluso las del otro lado del Ebro hasta nosotros.
b) Autobús.
En 1.974 se hicieron las primeras denuncias sobre el estado del transporte a Zaragoza en autobús. Como hemos señalado, se realizaba por una Empresa privada, con un horario muy escaso. La parada se hacía en la carretera y la sala de espera que estaba en la calle de la Reconquista, era un local mal oliente y se abría solo para la toma de billetes.
La no solución a los problemas planteados, provocó que en 1.977 tras la campaña de recogida de cientos de firmas entre los habitantes del Barrio y las empresas, culminara en Mayo con un corte de la circulación de la carretera de una hora de duración. En la manifestación participó todo el Barrio y los trabajadores de las empresas de la zona.
A pesar de todo ello, solo se consiguió el aumento del número de servicios y la habilitación de una marquesina junto a la carretera, que serviría para resguardar a los viajeros en la espera del autobús.
Siempre fue el objetivo el conseguir de la administración que se incluyese a la Cartuja dentro de los objetivos de T.U.Z.S.A. Esto no lo conseguimos hasta que el Ayuntamiento de Zaragoza, en enero de 1988, tras compensar a la Empresa Marrón, rescató la concesión y prolongó la línea núm. 25 hasta el Barrio.
Una vez conseguido el objetivo de ser integrados en la Red municipal de Zaragoza, la reivindicación ha consistido en la mejora de las frecuencias y en la habilitación de las paradas a lo largo de la carretera.
c) Teléfono.
Hoy puede parecer que la lucha por conseguir un servicio telefónico individualizado corresponde a otro país o a otra galaxia, pero en 1.974 los vecinos que por necesidades personales o incluso de su actividad empresarial, reclamaban de la Compañía Telefónica Nacional de España, la instalación de un teléfono en su domicilio o empresa, se encontraban con presupuestos que inicialmente eran de 60.000,- ptas. Y que dos años después llegaron a las 100.000,- ptas.
A pesar de estos precios prohibitivos, algunas empresas no tuvieron otro remedio que instalarse el teléfono. Se hicieron campañas de prensa, innumerables cartas a la Compañía Telefónica y presiones de todo tipo. El problema no comenzó a solucionarse hasta que el Ayuntamiento vendió la parte de la manzana destinada a equipamiento, para que se construyera la central telefónica actualmente existente. Antes la Asociación de Vecinos cedió, de forma provisional, una habitación del local de la guardería para la instalación de la primera central telefónica.
d) Urbanismo.
En 1.974, en Zaragoza estaba en vigor el Plan General de Urbanismo de 1.968, conocido como Plan Larrodera.
La Cartuja constituía el polígono núm. 86 del Plan General. El casco del antiguo monasterio estaba clasificado como urbano y estaban previstas unas zonas de expansión. Según el Plan General de 1968, se podían construir viviendas en La Cartuja para 12.000 habitantes con densidades de 400 y 500 habitantes por hectárea.
A principio de los años 70, el Ayuntamiento encargó la redacción de un Plan Parcial de todo el polígono núm. 86. Simultáneamente se presentaron una tramitación y aprobación de 5 Actuaciones Aisladas para la zona residencial, que era la forma prevista en el Plan General para poder construir transitoriamente hasta la aprobación del Plan Parcial.
Para las zonas de industrias también se presentaron actuaciones aisladas: Insider, Prydes, Michelena, Peipasa, Walthon.
La promoción de las actuaciones aisladas residenciales la había hecho MINKAR (Inmobiliaria Gracia), Hogar Cristiano, Inmobiliaria Colmenero y el propio Ayuntamiento, para ordenar sus terrenos del sobrante de la antigua cabañera.
En 1.976 se había redactado el Plan Parcial de todo el polígono 86, es decir todos los terrenos urbanizables del Barrio, tanto los de uso industrial como los de uso residencial.
Aunque este Plan Parcial tenía como objetivo regular los intentos de construcción de las actuaciones aisladas, que preveían construcciones masificadas de plantas de hasta 8 alturas, como podemos ver en los 3 bloques de los 6 propuestos por Hogar Cristiano que se llegaron a construir, la oposición de la Asociación de Vecinos al Plan Parcial fue radical.
Ese Plan Parcial proponía para el recinto del antiguo Monasterio de la Cartuja, una transformación demasiado radical de su estado, distribuyendo pequeños bloques aislados con espacios interiores de manzana destinados a aparcamiento, como si de un barrio de nueva creación se tratase; modificaba de forma sustancial el trazado de las calles existentes.
Se hicieron diversas reuniones, cuyo resultado fue una toma de conciencia de que existían alternativas al Plan Parcial propuesto por el Ayuntamiento y que se debían rectificar determinados elementos del antiguo Monasterio.
Se inició entonces la tramitación de la declaración de conjunto Histórico Artístico para el mismo, que no fue resuelto hasta la decisión del Consejo de Ministros de finales de 1.982.
Pero los vecinos, representados por la Asociación, consiguieron que no se aprobase el Plan parcial de 1.976 y en su lugar se comenzó en 1.979, ya con el primer Ayuntamiento democrático, la revisión de un Plan Especial que aunque no obtuvo la aprobación definitiva, permitió conseguir los terrenos de equipamiento actualmente existentes para la Guardería, Club de Jubilados, Centro deportivo y la Central de teléfonos, reordenando las previsiones de las diferentes Actuaciones Aisladas de MINCAR Y Hogar Cristiano.
A esta última Entidad se le redujo el aprovechamiento, de forma que se respetaron los edificios 1, 2 y 6 que se había construido, pero ya no se pudieron construir los edificios 3, 4 y 5 de similares características y alturas, que ocupaban los pasillos de equipamiento antes señalados.
Al no obtener la aprobación definitiva el Plan Especial redactado a principio de los años 80, la ordenación urbanística del Barrio se produjo en el Plan General de 1.986, que estableció una ordenanza asimismo para el Conjunto Histórico -artístico provisional hasta que se redactase un nuevo Plan Especial.
Este Plan Especial ha sido aprobado con carácter provisional en 1.998 y está pendiente de la aprobación definitiva.
En 1.974 el recinto interior del claustro principal del antiguo Monasterio, conocido por el “Huerto de Frisón” por ser este su propietario, estaba plantado de maíz y su uso urbanístico era la construcción de viviendas.
Por ello, una de las actuaciones de la Asociación de Vecinos ante el primer Ayuntamiento democrático, fue que este adquiriese la finca para destinarla a parque.
La solicitud de la Asociación fue aprobada por el Ayuntamiento y en 1.982 se adquirió el antiguo cementerio del Monasterio, actualmente convertido en parque, tras la actuación de una Escuela taller que consolidó los restos del claustro existentes, que estaban en estado de ruina.
La Asociación de Vecinos también intervino oponiéndose en 1.976 a un Plan Parcial en los terrenos del monte propiedad de la Empresa Tudor.
Esta Asociación vecinal consiguió que el Plan parcial no se ejecutase hasta que fue recogido en el Plan General de 1.986.
La Asociación presentó alegaciones al Plan General de 1.986 en su tramitación.
Como se ha señalado, la escasez y mala calidad del agua impedían en los años 70 la construcción de viviendas. Ello no fue obstáculo, sin embargo, para que ya en 1.973 desde la Alcaldía del Barrio y en 1.974 desde la Asociación de Vecinos, se propusiese la construcción de un polígono cooperativo de viviendas que, sin embargo, no llegó a buen fin.
La Asociación volvía a intentar la construcción de viviendas mediante cooperativa por cesión de los terrenos propiedad del Ayuntamiento de la antigua cabañera y tampoco se consiguió, aunque en este caso la Sociedad Municipal de la Vivienda asumió el compromiso y se construyeron las viviendas hoy existentes, gestionadas por la Cooperativa de la Pequeña y Mediana empresa, en 1.982.
Aunque en 1.976 se había puesto la primera piedra, con toda pompa y boato de lo que se llamaba entonces viviendas del Pilar, Hogar Cristiano no pudo construirlas hasta finales de la década. Estas fueron las primeras viviendas, 237, que se construyeron nuevas en el Barrio, a las que siguieron las primeras de la actuación de Constructora Gracia, quien posteriormente vendió el resto de los solares de su actuación aislada a Valunsa y a una Cooperativa de viviendas.
Aunque el expediente y la contratación de los redactores se inició en 1987, hasta 1994 no aparece el Avance del Plan Especial de Protección y Reforma del Conjunto Histórico Artístico de La Cartuja de la Concepción. Aprobado inicialmente el Plan por el Ayuntamiento en febrero de1998 fue aprobado con carácter definitivo el 22 de diciembre de 1999. El Plan Especial establece un volumen importante de inversión pública para la rehabilitación y el Ayuntamiento está ya invirtiendo en varios edificios pero no se ha hecho una programación conjunta de obras con la Comunidad Autónoma y el Estado. No se han puesto en marcha los instrumentos previstos de gestión participativa.
En mayo de 1999, en víspera de las elecciones municipales, se aprobó inicialmente el nuevo Plan General de Zaragoza que, tras varios procesos de debate y alegaciones, se aprobó definitivamente en junio de 2001. La Asociación Jerónima Zaporta ha participado en el debate con alegaciones sobre infraestructuras, cuarto y quinto cinturón, ferrocarril, etc. y medio ambiente. Se presentaron propuestas sobre el Conjunto Histórico Artístico y sobre los suelos urbanizables.
El seguimiento de los desarrollos del Plan General, planes parciales o especiales para las zonas residenciales al este y al oeste del Conjunto Histórico, para el área de reciclado, para las zonas industriales, etc. ha concentrado la atención de la Asociación. Desde los ya lejanos Convenios para poner en marcha los suelos urbanizables residenciales con el fin de promover la construcción de viviendas protegidas hasta la plasmación en Planes Parciales. El Plan Parcial del oeste, entre la Avenida de la Constitución, la carretera y la cabañera, ha sido recurrido por la Asociación.
e) Medio ambiente.
La defensa del medio ambiente del Barrio ha sido una de las constantes de la actividad de la Asociación de Vecinos.
La primera para la recogida de basura en 1.977 y enseguida para protestar por los malos olores que producía el viejo vertedero de la Ciudad.
Cuando este vertedero se cerró y se abrió el actual, la petición ha consistido en el sellado correcto y plantación del viejo, en lo que todos estamos.
En 1.989 el Ayuntamiento de Zaragoza decidió instalar una gran depuradora en nuestro Barrio, para atender las necesidades de toda la Ciudad. Esta decisión fue un auténtico revulsivo.
Las noticias comenzaron a conocerse en el mes de Marzo y se empezó visitando la depuradora de La Almozara y recogida de 700 firmas en el mes de Julio.
En el mes de Septiembre se convocó una Asamblea de todo el Barrio, a la que asistieron unos 400 vecinos, para mostrar la oposición a la instalación de la depuradora en el lugar donde pretendía el Ayuntamiento, porque la primera propuesta de la Asociación y del Barrio, fue modificar el emplazamiento y trasladarla aguas abajo del Ebro, donde finaliza el término municipal.
Una vez que esto no se consiguió, la Asociación propuso que se aislasen los edificios de la depuradora para evitar los malos olores.
Esta segunda cuestión se consiguió a coste de elevar el presupuesto de 14.000 a 22.000 millones de ptas.
La vigilancia sobre las diferentes empresas instaladas en el Barrio, actualmente las fundiciones.
En 1.995 se solicitó y en 1.996 se autorizó la instalación en el Acampo Castillo, entre la Cartuja y Torrecilla, del primer vertedero de residuos tóxicos y peligrosos de todo Aragón. Este basurero industrial tiene en la actualidad una capacidad superior a 120.000 Tm de materiales de estas características.
La Asociación de Vecinos con otras entidades convocó la manifestación que tuvo lugar en Zaragoza el 30 de Mayo de 1.996.
f) Carretera N232, actualmente A68
En 1974 se acometieron obras importantes en la N 232 para ensancharla, darle arcenes y hacer el carril de acceso al Barrio con giro a la izquierda desde Zaragoza. Pero siempre se consideró peligrosa la carretera por lo que en la Red Arterial de Zaragoza de 1978 se proponía su desplazamiento con una variante al norte del Barrio. Esta solución fue la introducida en el Plan Especial de 1980 que no llegó a aprobarse. En el Plan General de 1986 se suprimió esta variante norte y en los avances del nuevo Plan General en los años 90 aparecieron nuevas alternativas de variante al sur del Barrio.
La solución del Plan General de 1986, desdoblamiento sin desplazar el trazado, sirvió de base al Convenio firmado en 1988 para financiar las infraestructuras y a la redacción de los proyectos técnicos. Aunque las expropiaciones y ocupaciones se hicieron en 1997 la obra tardó mucho en comenzar por los problemas de compatibilidad con el galacho. La obra comenzó en 2001 pero el ritmo de las obras ha sido desesperante.
Aunque se pensaba que la mejor solución hubiese sido la variante al sur la participación de la Asociación en el proyecto y en las obras ha sido intensa. La movilización vecinal consiguió que el cruce con la carretera a Torrecilla se hiciese soterrado en lugar de elevado. La importancia de este cambio no debe olvidarse considerando además que se consiguió una vez adjudicada la ejecución de la obra. El resto de reclamaciones han sido las paradas del autobús, los pasos elevados, las vías de servicio y la prolongación del soterramiento para evitar la afección por ruido a las viviendas de la calle del Pilar.
En todo caso es necesario seguir insistiendo en la variante sur que debe hacer las veces de quinto cinturón o unir el cuarto con El Burgo de Ebro.
g) Sanidad.
Como se ha señalado, la atención sanitaria en el Barrio era muy deficitaria en 1.974:
Los vecinos sostenían con “igualas” un A.T.S. que ocupaba la casa del médico y atendía las urgencias. No había farmacia y el consultorio no reunía las condiciones adecuadas.
Las primeras gestiones estuvieron encaminadas a conseguir que el médico de la Seguridad Social residiese en el Barrio y que se desdoblase la única plaza existente de médico-A.T.S. en dos plazas, una de médico y otra de A.T.S.
En la visita que la Asociación realizó en abril de 1.977 al Instituto Nacional de Previsión, se acordó que en el momento en que la plaza quedase vacante, la Seguridad Social la adjudicaría a quien se comprometiese a residir en el Barrio.
En 1.983 hubo un nuevo intento de que el médico residiese aquí y lo único que se ha conseguido han sido las sucesivas obras de adaptación del edificio de la antigua casa del médico, para consultorio de la Seguridad Social.
h) Enseñanza.
En 1.974 era reciente la construcción del Colegio Angel Escoriaza, cuya matrícula era, como se ha dicho en su momento, de 87 alumnos.
En el 84, con una matrícula ya de 179 alumnos, el Ministerio de Educación comenzó las obras de ampliación con un presupuesto de 20.000.000,- de ptas.
La Asociación de Vecinos promovió la creación de la Asociación de Padres del Colegio y en 1.982 inició el funcionamiento de una Escuela Infantil para niños de 2 a 4 años.
En la medida en que la Entidad escolar gestionada por la Administración ha ido abarcando a niños de cada vez menos edad, la escuela infantil ha modificado también la población a la que iba destinada.
Desde 1.982 en que comenzó su funcionamiento, esta Escuela Infantil ha significado para la Asociación el mayor compromiso económico y de gestión, por cuanto era necesario garantizar todos los años su apertura y desarrollo, sobre todo su financiación. Es más, la propia gestión de la Escuela ha sido la causa generadora de varias de las crisis sufridas por la Asociación, hasta que recientemente los padres la han asumido.
La construcción de un comedor escolar y los intentos de que se impartiese el 2º ciclo de la Enseñanza Obligatoria en la Cartuja, han sido otras de las reivindicaciones de la Asociación.
i) Cultura.
La organización de semanas culturales y otras actividades del mismo fin, ha sido también una constante de la Asociación de Vecinos en el Barrio. Cada año, en primavera se celebraban actividades consistentes en exposiciones, conciertos, teatro, cine, etc.
En 1.982 la Asociación adquirió un vídeo con pantalla gigante, que le permitió durante varios años tener una actividad de Vídeo-club.
En otro momento, la Asociación intentó la creación de una emisora de radio y T.V.
En 1.990 se estudió la implantación de una red de distribución de señales por cable por todo el barrio, incluido un canal local.
Por ello la Asociación participó con sus recursos en la instalación de la emisora de FM en el punto 90.5 del dial como instrumento de comunicación y dinamización social.
j) Participación y Autonomía
La Asociación de Vecinos del Barrio y la Asociación Jerónima Zaporta han estado siempre en las luchas por conseguir cauces eficaces de participación ciudadana. En el Barrio corresponsables del funcionamiento de la Junta Vecinal como miembros, llevando propuestas y denunciando la situación de inactividad cuando ni siquiera se reunía. En la Federación de Barrios en cuantos debates se han producido relacionados con los diferentes Reglamentos de Descentralización y Participación y sus modificaciones.
En el debate sobre la transformación del Barrio en Entidad Local Menor la Asociación fue beligerante en 1979 y lo ha sido con motivo de la consulta celebrada el 28 de abril de 2002 que obtuvo mayoría de votos afirmativos aunque el Ayuntamiento los considerase insuficientes. La Asamblea de la Asociación celebrada el 22 de marzo de 2002 aprobó una declaración solemne a favor de la autonomía del Barrio y pidiendo a los vecinos su voto favorable.
k) Ampliación del cementerio.
En los comienzos de la actividad de la Asociación, el cementerio de la Cartuja se encontraba en completo abandono.
En realidad se trataba de un cementerio propiedad de la Diputación Provincial, quien en los años 70 proponía incluso cerrarlo y vender el terreno.
Las gestiones de la Asociación se dirigieron desde el primer momento no solo al mantenimiento del cementerio, sino a su restauración y construcción de nuevos nichos. Esto no se consiguió hasta 1.988, cuando quien había sido Presidente de la Asociación de Vecinos llegó a ser Diputado Provincial responsable del cementerio.
En el Ejercicio 1.988 se destinaron los primeros 45.000.000,- de ptas. Y en los dos años siguientes otro tanto, hasta conseguir un cementerio que aunque de dimensiones pequeñas, permite resolver en la cercanía las necesidades del Barrio.
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Los vecinos el Barrio somos muchos más en número que en 1974. Las cifras oficiales a uno de enero de 2006 consideran residentes a 2.123 personas. Recordemos que en 1974 éramos 862. Es diferente la composición por edad, las profesiones, los niveles culturales. Según los datos oficiales viven entre nosotros 46 personas que han nacido en el extranjero.
La nueva población se ha asentado sobre las urbanizaciones de iniciativa particular, y una del Ayuntamiento realizadas en los últimos años.
El nivel de infraestructuras y equipamientos puede considerarse satisfactorio, una vez que se ha ejecutado la tubería de agua por la Carretera de Castellón, la red de colectores y se han construido el Centro Cívico, el Pabellón deportivo y el Refectorio. La duplicación de la calzada de la A68 facilita las relaciones con el exterior.
El hecho de que se haya producido el crecimiento mediante promociones conjuntas de una cierta importancia, ha permitido que cada una resuelva los problemas urbanísticos y las aportaciones a los espacios libres y de equipamiento. No ha sido fácil y como prueba de ello están las reclamaciones sobre la urbanización de Valunsa, que ha tardado varios años en completarse, y de la Cooperativa Valle de Ebro que todavía está pendiente. Ha sido preciso reclamar la adquisición del terreno donde está sentado el Polideportivo y acondicionar entre todos, poco a poco, los jardines junto al Centro Cívico.
El tejido social se ha enriquecido y han sido varias las asociaciones y entidades creadas que, junto a las más tradicionales, organizan cursos y actividades para toda la población , de forma que el Barrio puede entenderse como un organismo vivo capaz de satisfacer las necesidades de todos sus habitantes.
Esto no significa que esté todo resuelto. Unas veces porque es necesario defendernos de agresiones, o posibles agresiones, que se siguen produciendo. En este sentido se mantienen todos los recelos existentes hacia el antiguo vertedero, que no está correctamente sellado y que por ello sigue produciendo olores, hacia el actual vertedero para controlar que el sellado se realice correctamente, hacia el vertedero de residuos industriales tóxicos y peligrosos y hacia el parque de reciclaje que se está construyendo.
El Plan General de Ordenación Urbana prevé que la zona de monte de la Cartuja se destine al reciclaje. Es cierto que esta actividad está llamada a ser una de las más potentes generadoras de empleo y actividad económica, en la medida en que cada vez se producen más desechos de electrodomésticos, de automóviles, etc. Y lo lógico es que estos desechos no se entierren, sino que se aprovechen para el reciclado. Pero hay que estar muy atentos para que estas actividades se ubiquen de forma ordenada y con todas las garantías de preservación del medio ambiente.
El incremento de la actividad económica previsto para esta zona, viene a añadir nuevos peligros de congestión de tráfico y de transporte al Barrio. Si la carretera de Castellón “Nacional 232” ya estaba congestionada, en la medida en que se incremente la actividad económica en el Barrio y en el resto de municipios colindantes, se producirán nuevos flujos de transporte. El Barrio ha venido reclamando como urgente la solución a los problemas de acceso a la Ciudad y a otros municipios. Esto requiere 2 medidas para el futuro:
1ª. Una mayor utilización del ferrocarril para el transporte de mercancías. A la actual línea de ferrocarril Zaragoza-Barcelona por Caspe y Tarragona se ha unido el corredor ferroviario de mercancías. Esa línea de mercancías no debería terminar en la de Caspe, sino cruzar el Ebro para conectar con la línea de Canfranc y Huesca a través de Malpica. A este nuevo sistema ferroviario, que haría de la Cartuja un nudo de comunicaciones, es preciso añadirle las conexiones internas y necesarias para que no solo el actual polígono que tiene apartadero ferroviario, sino el polígono promovido Empresarium y el polígono de reciclaje tengan posibilidades de conectarse directamente al ferrocarril.
Recuperar el uso para personas del ferrocarril. No sólo que la línea de cercanías en diseño para el 2008 llegue hasta La Cartuja sino que entre en los polígonos del sur por la nueva vía construida para mercancías.
2ª. Es preciso diseñar ya las nuevas conexiones metropolitanas por carretera. Entre ellas la que desde el cuarto cinturón debe comunicar con el polígono de reciclaje y Empresarium.
Desde hace varios años en las directrices de ordenación del territorio del área metropolitana de Zaragoza, se ha incluido una carretera entre la Cartuja y La Puebla de Alfindén que conectaba de forma directa ambas márgenes del Río Ebro y especialmente sus zonas industriales. Esta carretera que no ha sido recogida finalmente, estuvo en algún momento, en el Plan General de Ordenación Urbana de Zaragoza. Sin embargo ha aparecido una conexión peatonal entre ambas márgenes del río, entre La Cartuja y Pastriz en el Plan de riberas en la zona de los galachos y el Barrio debe reclamar su construcción de forma urgente.
La constante lucha que ha sostenido el Barrio contra las agresiones medioambientales, ha generado una conciencia de protección y recuperación del medio ambiente que es necesario no solo mantener sino acrecentar. En este sentido el Barrio debe tomar conciencia de que tiene el privilegio de estar ubicado entre el río Ebro y el canal Imperial de Aragón. Ambas redes naturales están muy deterioradas e infrautilizadas.
Es preciso conseguir que , tanto el Canal Imperial como el Río Ebro y las conexiones entre ambos por diferentes puntos, se conviertan en auténticos itinerarios naturales para esparcimiento y disfrute de los vecinos del Barrio y de toda la Ciudad. A estas redes líquidas deben unirse la recuperación de las dos cabañeras que de Norte a Sur y de Este a Oeste cruzan el Barrio y que también han sufrido constantes agresiones.
El Plan General de Ordenación Urbana actualmente en tramitación, tiene previsto que la Cartuja incremente su actual suelo residencial con suelos que permitieran la construcción de unas 1.000 viviendas.
Que las nuevas construcciones de viviendas previstas en el Plan General en suelos urbanizables se realicen de forma ordenada, con sus correspondientes urbanizaciones y zonas de equipamiento, y respetando la tipología del Barrio es un reto para todos en los próximos años. Con la actual situación de los precios de las viviendas es fundamental que las previsiones de reserva de suelo para viviendas protegidas que se encuentran en los Planes Parciales se cumplan a rajatabla y que no se modifiquen. También es deseable que una buena parte de esas viviendas protegidas las construya la Administración de forma que sean de alquiler. Hemos de defender que no se enajenen esos suelos, como se está haciendo en otros barrios para financiar la Expo. En todo caso para financiar servicios en el Barrio.
Si las previsiones residenciales se cumplen, el Barrio podía alcanzar la cifra de 5.000 habitantes, cifra que se considera adecuada para mantener las características de Comunidad al mismo tiempo que permitiría mejorar los servicios. Por eso , como otras veces ,la lucha vecinal debe seguir para conseguir mejores cotas de prestación y servicios que deberán seguir al crecimiento de la población.
En este sentido está la reclamación de que la 2ª etapa de la Enseñanza Secundaria Obligatoria (E.S.O.) con implantación de Formación Profesional, se pueda impartir en el Barrio. También que se incrementen los medios de asistencia sanitaria, incluso con la construcción de un centro de Salud propio teniendo en cuenta que, de acuerdo con la actual legislación en materia sanitaria, a partir de 5.000 habitantes se puede tener centro de Salud propio.
El Barrio, incluso antes de su declaración como conjunto Histórico-Artístico, ha venido luchando por la recuperación de los edificios que se conservan del antiguo monasterio cartujo y la rehabilitación de su recinto.
El Plan Especial de protección y reforma interior del conjunto Histórico-Artístico de la Cartuja de la Concepción prevé unas inversiones de 2.400.000.000,- de ptas. en urbanización y recuperación de edificios. El Barrio debe ser la garantía de que el Plan se cumpla y las diferentes administraciones inviertan cada una las cantidades previstas.
En estos treinta y tantos años de Movimientos Vecinal, con sus desfallecimientos incluidos, han sido muchas las metas alcanzadas. Los objetivos han sido correctos y las medidas alcanzadas. Otros Barrios rurales fueron más permisivos en que se construyese a cualquier precio aun “ahogando” las carreteras de acceso, sin exigir que se planificase previamente. Aquí se ha sido riguroso en vigilar el planeamiento y la construcción y se pueden comparar resultados. Aquí se trabajó desde el principio para que la empresa concesionaria del transporte por autobús cediese la concesión, otros han mantenido las viejas concesiones. Aquí se llegaron a forzar situaciones de lucha como el impago de recibos , los cortes de la carretera o los cortes del servicio de recogida de basuras, o las manifestaciones en la ciudad. Y a la vez se ha negociado con el Ayuntamiento, con la demarcación de Carreteras o con el Gobierno de Aragón. Con unos u otros instrumentos, que eso son, instrumentos y no fines en sí mismos, con unas u otras asociaciones, coordinadoras, y a veces asambleas generales.
Aunque es cierto que también dependemos de exterior lógicamente y por eso luchamos por la democracia y la autonomía de Aragón y por la democracia participativa en Zaragoza y en el Barrio, y por la autonomía como Entidad Local Menor. Este es un frente todavía abierto. Sin mayor capacidad política y administrativa en La Cartuja, será más difícil conseguir las metas porque entramos en una relación barrio-ciudad que no nos es favorable: tenemos pocos habitantes votantes. Lo mismo que Aragón considera necesaria la autonomía también es necesaria para el Barrio.
La Cartuja, octubre 2006
Texto: José Luis Martínez Blasco
Ic/.